Si
de algo pueden presumir los compañeros del barrio de la Gavia, segundo barrio
más alto del municipio de Telde. Es de cultura motoristica, y ahí es nada, si
confirmamos sin miedo a equivocarnos que nuestro querido evento Viejas Glorias
Canarias, nació de la naturaleza inhóspita de este pago rural. Allí se fraguó
el amor por las motos y la cultura del motociclismo de los años sesenta y setenta
del siglo pasado.
Un
lugar alejado de la sociedad donde el primer medio de comunicación suponía el
comprarse una pequeña cilindrada y esta entraba dentro de la primera inversión
de los vecinos que crecían y compartían aparte de la experiencia laboral de acudir
a sus pegas, las salidas, excursiones de grupos y carreras festivas tipo Gynkana,
cintas. Etc.
Agradecimiento
especial al inminente alcalde de la ciudad de Telde, Juan Antonio Peña, por la
deferencia de acercarse arropar el proyecto de la juventud de la Gavia y el
Patronato de fiestas de María Auxiliadora que cerraba con este día el ciclo de
su festividad patronal. La familia Ramirez. Con Jose Miguel al frente, Serva,
Luis, Edu, Ale, esgrimían su línea de colaboración con los chicos del Moto club
Las palmas Roque Nublo, para saldar la deuda histórica del motociclismo con
este barrio.

Y
arrancó la fiesta después de dos años de pandemia inactivo, y había ganas y aparecieron
motos LM. “Licencias” muchos amigos hicieron el trabajo de restaurar preciosas joyas
de pequeña cilindrada para la cita y lucieron su estampa, valga el valor de la
Puch, Rieju, Derbi, o vespino, toda la familia de los ciclomotores aportaron al
calor festivo. Unas setenta motocicletas con la visita inesperada y añadida de
los chicos de la marcha setenta canarias. Que en buena hora se llevaron el
infinito recuerdo de la variedad del motociclismo español de aquellos años y de
una fiesta sin parangón rural y exclusiva.

La
prueba de aceleración, la prueba de lentitud, la carrera de cintas con nuevo
formato dio un colorido inusual al barrio que lentamente despereza pasados mejores
de actividad cultural y festiva. El primer objetivo se cumplió con creces.
Reunir al amplio sector de la moto clásica y antigua de pequeñas cilindradas,
festejar su histórico y pioneras fórmulas de acercarse al motociclismo. Reactivar
la deuda histórica con el Viejas Glorias con un barrio de medianías olvidado.
Pero
ahí no quedó todo, el directo auténtico del concierto de los chicos “The Moon Rocker”
que hicieron las delicias con el mejor, Rockabilly, country y blues del
momento. La exposición fotográfica dimensional, en el local social de los
encuentros moteros de los años sesenta en canarias, lo premios de escarapelas
para todos los participantes y regalos para otros tantos que habían acudido a
la cita.
Y
el colofón histórico una vez más de los cazadores de serpientes, por la lucha contra
una plaga incontrolable. Las serpientes californianas que una vez más devuelven
una realidad cruda y azotan las medianías a su libre albedrío. Tres ejemplares
esta vez, y por que el temporal las aletargó y decidieron no acudir a su fiesta.
Hace unos meses se habían entregado una docena de ejemplares a los miembros de “Gesplan”
que esta vez acudieron nuevamente a la cita a recoger el botín de los vecinos de
la Gavia. Y es que su labor está muy bien, pero certifican poco trabajo de
acción.

La
fiesta fue auténtica, tanto que gustó a raudales, que los amigos que nos
visitaron se fueron con la sensación de bienestar y reconocimiento al mundillo
de las licencias municipales y cilindradas hasta 80cc. Muchos vecinos se
acercaron a compartir esa pasión que les hizo libres en el pasado, que era el
amor por sus ciclomotores. Con ellos conocieron isla, territorio, enamoraron,
fueron a bailes, verbenas, trabajaron, hicieron sus casas y familias, corrieron
fiestas, piques con los amigos, y le dieron el sabor de la cultura motera al
futuro. Por ello de bien nacido es ser agradecidos, y el regreso por la puerta
siempre abierta de la Gavia, ha sido un regalo a nuestros recuerdos de niñez y un
homenaje a nuestros padres y abuelos de su pasión por las pequeñas cilindradas,
de toda la vida. Larga
vida al Retromot Serpiente y a los pioneros de las pasiones olvidadas. A por la
cuarta cita continua, que ya comienza el descuento y nuestras ilusiones de
cultura viejas glorias obligan.